Podrás medir cuánto pesa mi hastío
en la balanza;
te darás cuenta que estoy cansado,
me dejé la piel creando esperanzas.
No hay más horizonte
que éste que tienes pintado delante.
He hecho mil jirones la camisa,
voy descalzo ¡Qué importa mi presencia!
También he descuidado mi cabello.
No tengo distracciones que me empujen,
que me den una patada en mi estómago
y me obliguen a darme a conocer
como el hombre que te amó en el viento,
el hombre soñador que realmente soy.
He ocultado mi
historia y mis recuerdos.
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