miércoles, 11 de julio de 2012

MIRÁNDOME EN



 Foto: ORACION DE LAS MUJERES GUARDIANAS DE LA MADRE TIERRA

Mi corazón de mujer es rociado
con el dulce néctar de sanación
que la Madre Cósmica me entrega.

... ...En este momento soy parte del Círculo Sagrado de Mujeres de Luz,
y unida a mis hermanas, activo mi fuerza espiritual para irradiar energía amorosa a través de mis manos y mi conciencia.

Te pido Madre Cósmica que bendigas mis manos y las manos de mis hermanas en todo el mundo para poder canalizar aquí y ahora tu Luz Sanadora hacia la Madre Tierra.

Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu paz.
Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Luz.
Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Amor.

Ayúdanos a despertarnos como Mujeres Sagradas, guerreras del Amor, defensoras de la Vida.

Acompañada por la Fuerza espiritual de todas mis hermanas
envuelvo a la Tierra en una Luz intensamente Violeta
y la limpio de todas las heridas.

Libero en este instante su dolor y sufrimiento
y envuelvo a la Tierra en una serena Luz Rosada,
llenando de vibración amorosa cada rincón de este planeta.

El poder gestante de mi útero se une al poder gestante de los úteros de mis hermanas, y entre todas formamos un círculo sagrado de protección para la Madre Tierra.

Estando juntas y conscientes de nuestro poder femenino unificado, nuestro Amor es un arma concreta, más poderosa que cualquier arma de guerra.

Abro en mis circunstancias actuales canales hacia la Gracia Divina.

Me comprometo a Ser Guardiana de la Madre Naturaleza, amando y cuidando todo lo que la Diosa ha creado en la Tierra.

Me comprometo a mantener viva esta oración día tras día,
fortaleciendo el Círculo de Mujeres de Luz.

A través de mis actos cotidianos me comprometo a
sembrar Amor en la Tierra.
Mirándome en el espejo
contemplo el rostro de un hombre
que quisiera ser corcel  alado;
surcar con el airoso vuelo
de un unicornio
el océano.
 Miro la tierra con ojos
impresionados
por la lluvia de jazmines
que cae a mi paso.
Miro en el espejo
y veo la Edad de Oro.
Contemplo mi rostro de barro
mientras llueven alrededor
cenizas del cielo
porque arden los bosques.
Pregunto para qué tanta lucha,
por qué no detenernos
sobre el filo del bello amanecer
e ignorar todas las guerras.
Que nos desnude el alma
la luz del ocaso.
Renazcamos como el Ave Fénix
de nuestras propias miserias
y pongamos al amor por bandera.
En las hojas doradas
de los álamos 
seamos transparentes como la lluvia,
 seres de luz que traigan bandejas
colmadas de esperanza..  
© IREL FAUSTINA BERMEJO


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