AL POETA Rei Berroa (Gurabo, Santiago, República Dominicana, 1949)
todos los días hay guerras.Todos los días el odiodesata sus batallasinventándose armas nuevaspara arrebatar a su vecinoel aire que respiray el pan humildemente ganadocon el sudor de su frente.Todos los días hay lágrimas;miles de razones inventadaspara cerrar los puñosy sembrar el miedoen el corazón de los hombres.Pero la vida tiene otra ventanapor la que asomarse cada mañana.Hay sonrisas hermosasque devuelven la esperanza,hay manos abiertasque se ofrecen a levantartede las profundas caídasy a curar las cicatrices.Hay poesía y canto de guitarrasque ablandan las metálicas corazasy arrancan las máscaras.Hay hombres buenos que amany que esparcen palomas por el cielo.Hay sueños que se propagany se comparten con el alma.Trompetas y saxosque acercan a los hombres.Hay grandes bondadesque como margaritas crecenen medio de la malezay rayos de luzque iluminan el mundo.Caen hojas secasy los versos roenlos muros y alambradaspara construir la paz.Rei, amigo, compartamos el vinoy los frutos de la tierra;abriendo luminosas las alasriamos juntos a la mesa.Todos los díasla paz y la esperanza
todos los días hay guerras.
Todos los días el odio
desata sus batallas
inventándose armas nuevas
para arrebatar a su vecino
el aire que respira
y el pan humildemente ganado
con el sudor de su frente.
Todos los días hay lágrimas;
miles de razones inventadas
para cerrar los puños
y sembrar el miedo
en el corazón de los hombres.
Pero la vida tiene otra ventana
por la que asomarse cada mañana.
Hay sonrisas hermosas
que devuelven la esperanza,
hay manos abiertas
que se ofrecen a levantarte
de las profundas caídas
y a curar las cicatrices.
Hay poesía y canto de guitarras
que ablandan las metálicas corazas
y arrancan las máscaras.
Hay hombres buenos que aman
y que esparcen palomas por el cielo.
Hay sueños que se propagan
y se comparten con el alma.
Trompetas y saxos
que acercan a los hombres.
Hay grandes bondades
que como margaritas crecen
en medio de la maleza
y rayos de luz
que iluminan el mundo.
Caen hojas secas
y los versos roen
los muros y alambradas
para construir la paz.
Rei, amigo, compartamos el vino
y los frutos de la tierra;
abriendo luminosas las alas
riamos juntos a la mesa.
Todos los días
la paz y la esperanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario