con un cántaro lleno de amor,
rodeada de arrozales.
La oscuridad desciende
al manto verde de la tierra.
En las arcillas aluviales
se reflejan espigas y estrellas.
Aguardo que la noche
traiga ungüentos y poemas
que curen mi alma.
La noche está llena de fuego.
Los peces arrojan fosforescencias.
En busca de grano bajan las aves.
Estoy en el camino
escuchando el gorjeo.
Quiero hacerte entrega
de mi cántaro
donde además de amor
guardo los rojos pétalos
de todas mis rosas.
Estoy junto a los arrozales,
cerca del río,
viendo cómo llega la noche,
gozando tu cortejo,
sufriendo tus pesares,
con cada orquídea
y ardiendo en cada helecho.
Estoy sobre el camino,
en una encrucijada
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