viernes, 22 de julio de 2011

Una punzada se me clava

Pájaros de papel:

Una punzada se me clava

Una punzada se clava

en mis entrañas;

de pronto se me corta

el cordón umbilical

y un amargo trago

de cicuta paraliza mi latir.

Se me destroza el alma:

La luz estival me golpea.

Se derrumban los muros

de nuestra casa;

una tormenta de arena avanza

por el sendero por el que la parca

te viene a buscar.

Y tendré que levantarme

y seguir arrostrando tu partida

con el dolor de los recuerdos

que empapan el campo que labraste

con tu magnánimo amor de padre.

Permaneceré escuchando los acordes

de tus sabias palabras

en el columpio de la existencia.

No te vayas aún, no mires a la cara

a la muerte.

Déjala que siga esperando,

será paciente.

Vive un poco más

porque tu amor nos alimenta.

Una punzada se me clava

y el aire se me escapa.

El cielo azul que resplandece

y todo a mi alrededor lo envuelve

con su luz blanca

que me deslumbra y me hiere.

De pronto el cordón umbilical

se ha cortado por sorpresa

y me siento más bebé que nunca.

Necesito que me acunes un día más,

una semana, un mes, un año…

que sigas nutriendo con tu amor

mi vida y mi esperanza.

Y sin embargo, no he de tener miedo

porque has sido un hombre

noble y bueno

y, si existe el cielo,

los ángeles te guiarán

por ese sendero

de nubes de algodón

hacia la vida eterna

en la que has creído.

Una punzada se me clava

porque me faltará el abrazo protector

y tus ojos azules

que me mostraron la vida.

Y cuando te vayas,

tendré que hacerlo con una sonrisa,

con dolor, pero sin lágrimas,

para ayudarte a partir

hacia la otra orilla.

Una punzada se me clava

y me rompe el alma.

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